Multivitamínicos, ¿cuándo usarlos?
La mitad de todos los norteamericanos toman algún tipo de multivitamínico según recientes estudios. Lo hacen con la expectativa de sentirse mejor o de prevenir ciertas enfermedades como el cáncer, pero, ¿están haciendo lo correcto?
En los años 80 inicia la tendencia a prescribir suplementos vitamínicos de forma generalizada, pero actualmente la evidencia científica sobre ésto no es muy fuerte. Aunque han sido publicados estudios sugiriendo la prevención del cáncer se considera aún controversial la veracidad de estos hallazgos.
Esto es, porque el exceso de algunas vitaminas resulta tóxico en el organismo, y su efecto ”antioxidante” se vuelve “pro-oxidante” en altas dosis.
Tomemos de ejemplo a las vitaminas A y C. Una vez el nivel de vitamina C alcanza el punto de saturación, que ocurre regularmente si consumes alrededor de 200mg por día, el cuerpo excreta el exceso naturalmente, y por eso la toxicidad por vitamina C no ocurre con regularidad, sin embargo, esto no es igual para quien consume con regularidad vitamina A, pues al ser una vitamina “liposoluble” se acumula en el cuerpo y puede alcanzar niveles tóxicos, los cuales pueden afectar mujeres embarazadas con defectos en el feto, además de que compromete la salud ósea y la coagulación. Las vitaminas liposolubles son A, D, E y K. (¡cuidado con el consumo desmesurado!)
Entonces, ¿Cuándo usarlos?
1.- En las mujeres > 50 años, donde la osteoporosis representa una amenaza creciente, el suplemento de calcio y vitamina D se hace necesario cuando no existe una ingesta suficiente de alimentos que suplan estas necesidades y por la pobre exposición al sol. Ejemplos de alimentos altos en calcio son los pescados (sardinas, salmón, aun enlatados), lácteos descremados, tofu y kale. El valor de vitamina D en alimentos es pobre, por lo que se requiere su ingesta en suplementos si existe el déficit.
2.- El ácido fólico es preciso suplementarlo en la mujer que se prepara para un embarazo, para evitar defectos congénitos en el feto, y así el hierro en la mujer que menstrúa por la anemia ferropénica consecuente. Fuentes de folato son lechuga, espinaca, espárragos, brócoli y frutas cítricas.
3.- En los paciente mayores de 65 años, se suplementan ciertas cantidades de vitamina B12, principalmente por la dificultad en la absorción intestinal y en otros casos específicos de anemia perniciosa (por déficit de vitamina B12).
4.- Se sugiere la ingesta de mínimo 2000 UI de vitamina D en pacientes por encima de 70 años por la pobre exposición al sol, pero esto está sujeto a cambios dependiendo de cada caso.
No debemos utilizar suplementos sin previa prescripción médica, sostener una dieta saludable nos permitirá encontrar la mayor parte de las vitaminas en un estado activo, que nos aportarán mayores beneficios que los suplementos.
– Dra. Erika Perez Lara
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